lunes, 2 de marzo de 2009

Philips Prestigo STR9320, con pantalla táctil a color




Con tanto avance en el mundo de los reproductores y televisores en el salón digital, los controles remotos universales y con mucha tecnología van cobrando más sentido que antaño.

Junto con su nueva gama de equipos de sonido e imagen, Philips ha presentado un renovado mando a distancia de nombre Prestigo STR9320. Su punto más destacado es que la pantalla es de tipo táctil y a color.

El tamaño es el de la de un teléfono móvil, 2.8 pulgadas, y desde ella podemos controlar hasta 20 equipos distintos. El resto de elementos del control remoto son complementarios, y se busca la sencillez.

Al contrario que los equipos de Logitech de este tipo, no necesitamos computador para configurar el mando a distancia. En el interior del mando de Philips hay una base de datos de 300.000 equipos que podemos seleccionar. Esto tiene la ventaja de que estamos ante un equipo autónomo pero por el contrario nos encontramos con la configuración más clásica y áspera frente a la interfaz web de los Harmony de Logitech. Eso sí, Philips asegura que podremos configurarlo con menús en los que no tendremos que introducir ningún frío código, y todo será cuestión de ir avanzando con ayuda de la pantalla táctil.

El uso que le podemos dar a un mando de este tipo es ya un clásico: configurarlo de tan forma que cuando queramos ver un DVD solo selecciones por ejemplo Ver DVD y el sistema de encargará solo de encender los equipos necesarios: televisor, DVD y sistema de sonido si existiera.

En el control remoto universal Philips Prestigo STR9320 podemos colocar iconos de los canales para ordenar de una forma visual nuestros favoritos. Nos podemos olvidar entonces de las listas impersonales. Para ello el mando viene con iconos de 500 canales precargados, pero nos podemos descargar vía web unos 10.000 más con solo conectar el mando al computador por medio del puerto USB.

Como es obvio hoy en día, el mando a distancia viene con pilas recargables y su correspondiente base.

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