El primer punto que debemos de analizar es si realmente necesitamos un televisor nuevo. Es tremendamente tentador cambiar la vieja tele de tubo (CRT) por un flamante televisor plano, máxime con las ofertas que nos inundan la vista y el oído cada pocos minutos con motivo de la Eurocopa y las Olimpiadas. Sin embargo hay que pensar seriamente este factor, pues si compramos un televisor ahora, lo estaremos haciendo para unos cuantos años en la mayoría de los casos.
Escoger precipitadamente puede llevarnos por ejemplo a una serie de errores, entre ellos el comprar una tecnología que mejora con el paso de las semanas y que además bajará de precio. Si no piensas ver fuentes de alta definición ahora, ¿por qué comprar un televisor que no aprovecha la señal actual de televisión y que de hecho hace que se vea peor?
Mención aparte merece el hecho de que nos intenten vender televisores que no están preparados para usarse eficientemente en el futuro. No exigir un modelo con sintonizador de TDT incorporado y que además éste sea de alta definición ya es una pérdida de tiempo en la actualidad si realmente queremos comprar algo bueno. Lo del sintonizador de TDT de hecho debe advertirse en las tiendas, pero yo todavía no lo he visto.
Antes de que alguien me tache de alarmista, que quede claro que si realmente necesitas cambiar de televisor, escoge bien pero no lo dejes para mucho más adelante pues no acabarías comprando tecnología nunca a la espera siempre de una mejora o bajada de precio.
Y otro consejo, no hay por qué comprar siempre la última tecnología. A veces, nos basta con quedarnos un paso anterior para una acertada relación calidad-precio. Seguramente tengamos más que suficiente. Pagar más por algo a lo que no le vamos a sacar rendimiento, en tecnología es tirar el dinero.
Otro punto importante en la elección de un televisor, y que nada tiene que ver con la tecnología, es el diseño. Las marcas de hecho saben que el diseño es uno de los factores determinantes, y se afanan en mejorarlo y ofrecer algo distinto y que solo podamos encontrar en sus equipos.
Televisores más delgados, que simulan cuadros, con diseño espectacular … son "dulces" que las compañías nos ponen donde más duele, en los ojos. Pero no queda ahí la cosa. Si por ejemplo no queremos instalar un sistema de sonido extra, deberemos buscar un equipo que nos ofrezca un buen sonido integrado.
El presupuesto y para qué vas a usar el televisor es otro de los puntos que debes marcar en fluorescente antes de decidirte por una tecnología u otra.
Por último, les dejamos con una serie de consejos que deben tener en cuenta sí van a acudir a una tienda física para decidiros por un LCD o plasma:
- Cuidado con las luces de los comercios, muy fuertes, y que no representan las condiciones de luminosidad que vamos a encontrarnos en nuestra casa. Especialmente importante con los plasmas, que puede parecer que se ven peor que los LCD en las tiendas.
- Observa la pantalla a la distancia en que la verás en casa.
- Pide que te ajusten diferentes valores como contraste o brillo, pues pueden estar ajustados de diferente forma.
- Si comparas varios televisores, asegúrate que la fuente de vídeo es la misma para todos los modelos. Y prueba con varios tipos de señal: televisión, cine de acción, deporte, documentales …
Y como veremos en la siguiente parte del especial sobre televisión, ojalá todo se limitara a elegir entre LCD o plasma. Un televisor es mucho más que el panel.