Más de ocho años llevamos con el estándar USB 2.0 entre nosotros, un tiempo que ha permitido desarrollar una gran cantidad de productos que utilizan este puerto para conectarse al computador, ya sea para transmitir información o, simplemente, para recibir alimentación de este.
Pero en esos años también se han ido viendo las limitaciones de este estándar, entre las que nos encontramos su limitada velocidad de transferencia y capacidad de recarga. Es por ello que Intel ya lleva más de un año trabajando en USB 3.0, la nueva versión del protocolo, cuyas especificaciones ha presentado esta semana.
Cabe decir que estas especificaciones no son completas, sino solo al 90 por ciento, pero permitirán al resto de fabricantes empezar a desarrollar chipsets y diseñar accesorios que utilicen USB 3.0. Pero vamos a ver cuales son las novedades más importantes en USB 3.0.
Como decíamos, esta especificación pretende solucionar las limitaciones con las que se encuentra actualmente la 2.0, de forma que se ha aumentado la velocidad de transferencia y la cantidad de energía que puede trasmitir.
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Si en USB 2.0 el cable dispone de cuatro lineas, un par para datos, una de corriente y una de toma de tierra, en USB 3.0 se añade cinco líneas. Dos de ellas se usarán para el envío de información y otras dos para la recepción, de forma que se permite el tráfico bidireccional, en ambos sentidos al mismo tiempo.
El aumento del número de líneas permite incrementar la velocidad de transmisión desde los 480 megabits por segundo hasta los 4.8 gigabits por segundo o, aproximadamente, 600 megabytes por segundo. Por cierto, de ahí el nombre que también recibe esta especificación: USB Superspeed.
La cantidad de energía que transporta un cable USB resulta insuficiente en muchas ocasiones para recargar algunos dispositivos, especialmente si utilizamos hubs donde tenemos conectados varios de ellos. En USB 3.0, se aumenta la intensidad de la corriente de 100 miliamperios a 900 miliamperios, con lo que podremos cargar más dispositivos o hacerlo más rápido.
Claro que este aumento de la intensidad podría traer consigo un menor rendimiento energético.
Pero también se ha pensado en eso, y USB 3.0 utiliza un nuevo protocolo basado en interrupciones, al contrario que el anterior que se basaba en consultar a los dispositivos periódicamente.
El aumento de líneas en USB 3.0 provoca que el cable sea más grueso, un inconveniente importante. Si hasta ahora los cables eran flexibles, con el nuevo estándar estos tienen un grueso similar a los cables que se usan en redes Ethernet, siendo por tanto más rígidos.
Afortunadamente, igual que pasa entre USB 2.0 y USB 1.1 la compatibilidad está garantizada entre USB 3.0 y USB 2.0, gracias al uso de conectores similares, cuyos contactos adicionales se sitúan en pararlelo, de forma que no afectan en caso de usar algún puerto que no sea del mismo tipo.
Intel espera tener el estándar de USB 3.0 finalizado antes de acabar el año, de forma que a mediados de 2009 el rsesto de fabricantes ya puedan disponer de controladoras para este protocolo y, a principios de 2010, empiecen a aparecer los primeros dispositivos compatibles con USB 3.0.
Sin olvidar, claro está, a los fabricantes de sistemas operativos, que deberán disponer de drivers adecuados para este nuevo sistema.
Pero en esos años también se han ido viendo las limitaciones de este estándar, entre las que nos encontramos su limitada velocidad de transferencia y capacidad de recarga. Es por ello que Intel ya lleva más de un año trabajando en USB 3.0, la nueva versión del protocolo, cuyas especificaciones ha presentado esta semana.
Cabe decir que estas especificaciones no son completas, sino solo al 90 por ciento, pero permitirán al resto de fabricantes empezar a desarrollar chipsets y diseñar accesorios que utilicen USB 3.0. Pero vamos a ver cuales son las novedades más importantes en USB 3.0.
Como decíamos, esta especificación pretende solucionar las limitaciones con las que se encuentra actualmente la 2.0, de forma que se ha aumentado la velocidad de transferencia y la cantidad de energía que puede trasmitir.
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Si en USB 2.0 el cable dispone de cuatro lineas, un par para datos, una de corriente y una de toma de tierra, en USB 3.0 se añade cinco líneas. Dos de ellas se usarán para el envío de información y otras dos para la recepción, de forma que se permite el tráfico bidireccional, en ambos sentidos al mismo tiempo.
El aumento del número de líneas permite incrementar la velocidad de transmisión desde los 480 megabits por segundo hasta los 4.8 gigabits por segundo o, aproximadamente, 600 megabytes por segundo. Por cierto, de ahí el nombre que también recibe esta especificación: USB Superspeed.
La cantidad de energía que transporta un cable USB resulta insuficiente en muchas ocasiones para recargar algunos dispositivos, especialmente si utilizamos hubs donde tenemos conectados varios de ellos. En USB 3.0, se aumenta la intensidad de la corriente de 100 miliamperios a 900 miliamperios, con lo que podremos cargar más dispositivos o hacerlo más rápido.
Claro que este aumento de la intensidad podría traer consigo un menor rendimiento energético.
Pero también se ha pensado en eso, y USB 3.0 utiliza un nuevo protocolo basado en interrupciones, al contrario que el anterior que se basaba en consultar a los dispositivos periódicamente.
El aumento de líneas en USB 3.0 provoca que el cable sea más grueso, un inconveniente importante. Si hasta ahora los cables eran flexibles, con el nuevo estándar estos tienen un grueso similar a los cables que se usan en redes Ethernet, siendo por tanto más rígidos.
Afortunadamente, igual que pasa entre USB 2.0 y USB 1.1 la compatibilidad está garantizada entre USB 3.0 y USB 2.0, gracias al uso de conectores similares, cuyos contactos adicionales se sitúan en pararlelo, de forma que no afectan en caso de usar algún puerto que no sea del mismo tipo.
Intel espera tener el estándar de USB 3.0 finalizado antes de acabar el año, de forma que a mediados de 2009 el rsesto de fabricantes ya puedan disponer de controladoras para este protocolo y, a principios de 2010, empiecen a aparecer los primeros dispositivos compatibles con USB 3.0.
Sin olvidar, claro está, a los fabricantes de sistemas operativos, que deberán disponer de drivers adecuados para este nuevo sistema.
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