Fundación
El Primero de Mayo de 1945, Walter Viaro y Francesco Gusi celebran el final de la guerra y la Fiesta del Trabajo a su manera; a saber: fundan la empresa Vimar.
La firma nace en un país, que acaba de salir de una contienda interminable y se encuentra devastado, tanto en lo material como por lo que atañe al ánimo de la población. La reconstrucción todavía no se ha puesto en marcha y las infraestructuras están hechas pedazos. Las vías de ferrocarril y las carreteras están impracticables. Las línea telefónicas, en estado precario y con operadoras que trabajan con equipos manuales, permiten establecer comunicaciones esporádicas y, con frecuencia, no funcionan. La información se limita a unas pocas noticias que la radio transmite siempre a la misma hora.
Los primeros años
Al principio, VIMAR se instala en las viejas naves industriales de una antigua fábrica de sombreros; Y merced a una intuición de lo más acertada, que con los años llevaría todas las de ganar, la producción se centra en los productos eléctricos para el sector civil.
Los mismos se realizan ensamblando elementos, que se construyen por moldeo de resina termoestable.VIMAR debuta en el mercado con un portalámparas, y prosigue con clavijas, bases de enchufe de pared y espigas para planchas. Todos ellos son productos elementales.
Las partes metálicas no siempre se compran a los proveedores habituales, sino que también se realizan en los establecimientos de la compañía, cortando hojas de metal en tiras, mediante un sencilla cizalla manual. Los conocimientos tecnológicos actuales pueden inducir a cualquiera a definir estos métodos como rudimentarios, a decir poco.
Pero en aquel entonces, quienes deseaban dedicarse a una actividad industrial no tenían alternativas. En aquellos años, además, el abastecimiento de energía eléctrica se efectuaba tan sólo durante ciertas horas del día y el consumo estaba racionado. Por ello, los contados trabajadores que integraban la plantilla de VIMAR, para proseguir con su labor, una vez alcanzado el tope autorizado, a veces se veían obligados a desplazarse a otro taller que les cedía la energía eléctrica sobrante.
Los primeros triunfos
Antes de la década del 50, VIMAR crea un artículo que estaba destinado a alcanzar una difusión masiva; a saber: el interruptor de perilla, durante muchos años, la gente identificaría a la compañía con su imagen. Todas las operaciones de montaje de este artículo se efectuaban a mano y no requerían equipos ni herramientas particulares. Más tarde la gama de productos comienza a ampliarse paso a paso, con la gradualidad que imponen los medios tecnológicos existentes.
A principios de los años 50, VIMAR laza una gama limitada de funciones, que consta de interruptores y bases de enchufes. Todos ellos se caracterizan por poseer un disco de vidrio, con el borde esmerilado, que recubría los artefactos. Los años siguientes se ven jalonados por una serie de acontecimientos, merced a los cuales las actividades de la compañía logran despegar con un talante auténticamente industrial. Ante todo, se construye la primera parte de los establecimientos actuales, sitos en la Vía IV de Noviembre.
Mas ya al cabo de pocos años, dichas naves comienzan a ampliarse hacia el Oeste.
A continuación, se pone en marcha la fabricación de elementos de porcelana, que permiten elevar las características funcionales y de seguridad de numerosos productos. Por otro lado, para construir los elementos metálicos, VIMAR comienza a usar cizallas mecánicas e inaugura un sector específico, de galvanización. En 1955 VIMAR se presenta por primera vez, con un stand propio, en la Feria de Muestras de Milán, a la sazón el "escaparate" más prestigioso de Italia y uno de las más señalados del mundo.
Este hecho, que se suma a las demás iniciativas de promoción comercial, contribuye a que VIMAR penetre cada vez más en el mercado nacional, mientras que paralelamente se consolidan sus relaciones con algunos mercados del extranjero .
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